Había un ilustre e iluminado psiquiatra llamado Doctor José Díaz Epan que impulsaba la teoría de que los problemas hay que evitarlos, pero si ya están, entonces hay que esquivarlos.
Y el tío se quedó tan pancho.
¡Claro! ¡Esquívalos! ¡Tranquilo no hay problema,! Mira, si vuelven por detrás, a lo mejor los ves a venir con el ojo del culo y a lo mejor, con suerte, se te meten por el avuguero y… claro, duele menos. ¿No? ¡Uy!! ¡Que listo el doctor José Diaz Epan! Bueno y tantos otros como el Doctor Antonio Tranqui Mazín, que hizo muy buenas migas con la petarda de Carmen Ordóñez. A todas horas se les veía juntos.
Los dos doctores no sabían que se harían ricos gracias a sus magistrales formulas para combatir la ansiedad, es cuestión de tomarte tantas pastillas como necesites, y los problemas los esquivas, pero hay que acordarse de que luego vuelven. ¡Cuidado!!!! ¡No te agaches!!!
Vamos a ver:
Si constantemente estamos andando encima de una cuerda, y a la vez haciendo malabarismo con los problemas, lo más seguro, es que nuestro mejor amigo sea el osito Tristón.
Entonces es cuando aparecen otros doctores como Dr. Prozac, o la Dra. Mirta Zapina, que su gran teoría es;
-Si no puedes ser tu mismo, no te preocupes, nadie te ayudará.
¡Otros flipados! Claro. Pero ellos te engañan creándote un mundo perfecto donde nada es lo que parece, te crean una nube virtual pero exageradamente perfecta.
Lo que tampoco sabían estos dos es que desde una nube por perfecta que sea siempre esta en lo alto y evidentemente a mas altura peor la hostia. Joder! ¿Tantos estudios y no lo ven? ¿O tal vez no quieran verlo?
Si hacemos una recapitulación estamos viendo que los problemas: Primero; Se evitan. Segundo: Se esquivan y Tercero se ignoran.
Una cosa saco en claro de todo esto. Primero; respiremos. Segundo: recapacitemos. Y tercero;